viernes, 18 de mayo de 2007

Abierto

Quiero que me pidas un deseo. Deseo hacerte feliz un sólo día.
Hazlo sin reservas, sin miedo (no busques absurdas excusas).

Yo o mi paredro te lo concederemos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre quise toparme con el genio de la lámpara en la arena del desierto y sus tres deseos.
Hoy me topo con un pez sin agua en la escena que me concede sólo uno y por un día.
Siempre pensé que al de la lámpara le pediría, como último deseo, infinitos deseos.
El único deseo que te pediría hoy, pez, que me hicieras feliz infinitos días.

a-escena dijo...

Huckerberry
¿ Me pide usted hacerle inmortal ?
Y además, feliz todos los días!!!!
Usted no vive en este mundo, me parece. ;-b

Pablo.- dijo...

Para mí la felicidad es casi igual a la plenitud, el momento en que sabes que no tienes nada que pedir, que no quieres pedir nada.

Lo del "paredro"...¿lee usted a Cortázar? Me recuerda a 62/Modelo para Armar. Gran libro, por cierto.

a-escena dijo...

Efectivamente leo a Cortázar, Balcius. Gran libro, como usted bien dice.

No querer pedir nada puede suponer no necesitar nada o no querer desear nada.
Ambas alternativas sirven, si a usted le sirven.