domingo, 14 de junio de 2009

Fe

Y yo que antes ( mujer casi niña ) jugué a ser de hierro, a ser de hielo, a no ser.
Entonces entré en la cueva; en completa oscuridad, sintiendo el frío y la humedad en todo mi cuerpo. Allí y sólo allí, comprobé del material del que verdaderamente estaba hecha. Adiviné que la magia aún podía existir. En las plazas, en las calles, en cualquier rincón donde pisara.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"jugué a ser de hierro, a ser de hielo, a no ser."

Esperemos dueran sólo juegos, porque cuando uno se lo cree, es una gran decepción.
saludos, y disculpe por la ingratitud.

Anónimo dijo...

Ayer vine y se ve, que no vi, tu fe.
Hoy he vuelto, por si la encontraba y sigo hipnotizada frente a esta habitación oscura a contraluz y sigo sin tener tú fe ¿Crees que si entro, la encontraré por fin?
No se... quizá, cuando regrese mañana.
Un besazo

María dijo...

Ayer vine y se ve, que no vi, tu fe.
Hoy he vuelto, por si la encontraba y sigo hipnotizada frente a esta habitación oscura a contraluz y sigo sin tener tú fe ¿Crees que si entro, la encontraré por fin?
No se... quizá, cuando regrese mañana.
Un besazo

a-escena dijo...

No hay motivos para que me pida disculpas, tato.
Y no. No eran solo juegos, fue una decisión equivocada.
Un abrazo.

María, a mi me funcionó. Tuve dos opciones, o darle la espalda a la pena o hundirme completamente en ella. Desde ahí, hacia arriba, poco a poco. Para no volver más.
Otro besazo. Feliz lunes.