Mis pies.
Dejo descansarlos. Abro bien los ojos...
Entiende este lenguaje no con la razón ni la mente intelectual, sino con tu corazón amoroso, o incluso sólo escuchando, sin que te importe si es verdad o no; y llegará un momento en el que de repente lo ves, ves aquello que has estado esquivando durante toda la vida.