Hay dos tipos de manchas. Unas, si se quiere, pueden ser besadas.
Las otras, no se dejan besar. Tan adentro están de nosotros que es imposible llegar a ellas.
Hay dos tipos de manchas. Unas, si se quiere, pueden ser besadas.
Las otras, no se dejan besar. Tan adentro están de nosotros que es imposible llegar a ellas.
Querida:
Nos hiciste este dibujo como parte de una historia que inventaste. Nos reímos mucho con tu elocuencia, y te lo dijimos. Porque nos gusta elogiar lo que está bien hecho. Porque no sabemos qué es la envidia.
Lo que olvidé decirte es que no siempre te van a premiar cuando hagas algo bello. Olvidé decirte que debajo de un papel de regalo puede haber un montón de mierda...
Pero tranquila, nosotras no permitiremos que éso te ocurra.
A veces el mundo se da la vuelta y no encuentras explicación.
Pero yo no sé girar de esa manera. Entonces me encierro en casa, me pego un baño, cruzo las piernas y espero que pase... Mi estómago me da las gracias: "Muac, bonita, por tu consideración".
Pieza a pieza fui limpiando la lámpara de colores. Con mucho cuidado y poniendo toda mi atención.
Porque, claro, las lámparas no decepcionan.
Estaba acostumbrada a separar...a decir "sí", a decir "no".
Ahora veo meadas de perro y globos, contrastes, tan diferentes, juntos.
Las meadas pueden estar junto a los labios.
Enviamos adioses con nuestras manos. Cuando están sucias, nos las lavamos con agua y jabón. Mientras, nuestros pies soportan las despedidas.